Cuánta verdad escrita en un pequeño cuento... niñez en una mente de adulto que quiso volver a la inocencia de los lápices de colores, a dibujar una boa comiendose un elefante dónde todo el mundo veía un simple sombrero...
Regreso al patio del colegio.
"Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se
les ocurre preguntar: "¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?" Pero en cambio preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Solamente con estos detalles creen conocerle. Pero nosotros, que sabemos comprender la vida, nos burlamos tranquilamente de los números”
“Es muy triste olvidar a un amigo. No todos han tenido un amigo. Y yo puedo llegar a ser como las personas mayores, que sólo se interesan por las cifras. Para evitar esto he comprado una caja de lápices de colores. ¡Es muy duro, a mi edad, ponerse a aprender a dibujar, cuando en toda la vida no se ha hecho otra tentativa que la de una boa abierta y una boa cerrada a la edad de seis años!”
“No temo a los tigres, pero tengo miedo a las corrientes de aire”
“¡Yo poseo las estrellas, puesto que nunca nadie antes que yo pensó en poseerlas!”
“Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante”
Tanto para ustedes que aman también al principito como para mí, nada en el universo es parecido si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido o no una rosa... Miren el cielo. Pregúntense: el cordero se comió o no a la flor ? Y verán como cambia todo... Y ningún adulto comprenderá jamás la importancia que esto tiene !
Gracias Antoine De Saint-Exupéry.